martes, 7 de abril de 2009

REBAJAS EN MADRID


ZABALA DE LA SERNA Publicado Sábado, 04-04-09 a las 01:30 Ante el pasmo que supone mirar los carteles de San Isidro, del 7 al 30 de mayo, rogamos al lector que juzgue por sí mismo, y valore que José Antonio Martínez Uranga ha conseguido lo que ningún empresario de España: poner de acuerdo a Enrique Ponce y José Tomás. Explicaba días atrás Uranga que la rebaja de honorarios exigida a Ponce debía entenderse como una atención con el cliente. Con mayor motivo habría que esperar ahora un detalle con la verdadera clientela de 18.000 abonados venteños, y no se sienta usted malamente, don José Antonio.

REFLEXIONES SOBRE UNA FERIA (O LA CRÍTICA DESDE LA DESESPERACIÓN)

Que desesperación la de los aficionados que esperan. De aquellos que, a lo largo de la todavía joven temporada, se hacían la ilusión de un buen año taurino y de un resurgir de la Fiesta, ¡ilusos, más que ilusos!, aún no se han dado cuenta en las manos de quien estamos. Que buena disposición, que entrega, que comedimiento, que paciencia. Por que hay que tener paciencia para esperar que se entiendan todas las partes protagonistas, que a veces parecen antagonistas más que protagonistas, de un divertimento maravilloso, cuando no se profundiza en la maraña que lo rodea, donde la única parte pasiva, sin voz ni voto, es además la pagana (de pagar) y la mantenedora de este circo de vanidades y autosuficiencias.
Hablo en tercera persona por que siento vergüenza de mi afición, como si solo fueran los demás los confundidos, mejor dicho, los engañados; como si solo fueran los demás la gente adocenada que no reacciona ante nada. No está bien, creo que no está bien, ya no estoy seguro de poder yo sólo con el acomodo de la mayoría y, por eso, hablo de los demás como de aquellos conformistas a los que todo les da igual; pero estoy involucrado hasta la médula, soy, y además lo parezco (y lo padezco) un aficionado. Desde esta posición debo defender mi afición hasta donde pueda. Y me duele de sobremanera lo que esta pasando en la plaza más emblemática del orbe taurino.
Me explicare:
No creo que esta afición se merezca el trato empresarial planteado. Una feria sin relevancia, mediocre, sin ideas y, lo que es peor, parece ser producto de la improvisación y la desgana.
¿Se entendería que una de las empresas más importante del país (aunque esto es altamente cuestionable), no haya sido capaz de contratar a los toreros más interesantes del escalafón. Yo, particularmente, no me lo creo.
¿Se entendería esto, si no fuera por que existen serias dudas sobre que la empresa haya desplegado todos sus muchos resortes, como debiera haber sido, para satisfacer a sus “clientes”? No creo que gente tan poderosa, en un mundo donde los favores están a la orden del día (y esta empresa lleva muchas e importantes plazas), demuestren y reconozcan su incapacidad de convicción para “argumentar” lo interesante que es torear en Madrid. Por supuesto pagando en su medida, y siempre en función de los beneficios empresariales y “comunitarios”, así como del aforo de la plaza, etc, atc. Creo que debe haber un dinero “racional” para todos.
Ahora voy con los “Patrones”:
Remedando una voz que se escucha con demasiada, y ya desagradable persistencia.
¿A quién defiende la Comunidad?
¿Cuantos políticos aparecerán en el callejón para presenciar las primeras corridas del abono? Esas que, a priori, parecen infumables; quieren que se lo adelante: ninguno de los que presumirán en tres de los festejos (los rematados dicen), los veremos el resto de las tardes, “el resto de las tardes” quedaran para los “paganos” de un ciclo que se nos va a hacer muy cuesta arriba. El tedio está asegurado.
¿Qué piensa la Gerencia de Asuntos Taurinos de esto? Bueno, de la Gerencia mejor no hablar. Sólo decir que su responsable (el que da la cara, vamos) ni está ni se le espera. Que pasmosidad (de pasmo) la de este personaje.
¿Mira la Gerencia para otro lado al creer que la gestión empresarial es la ideal por que genera un montón de duros-euros?
¿Reparan los “gerentes” en que de todo el gran beneficio que “aparta” la empresa no redundará para nada en el espectáculo futuro?
¿Cuándo se enterarán de que en el pliego de condiciones tiene que figurar una condición que amplíe el plazo de aceptación de los carteles? Porque, ¿Qué pasaría si un día (poco probable en el caso de la comunión actual entre Empresa y Comunidad) estos últimos decidieran no dar el visto bueno a las combinaciones? Vaya compromiso.
Para finalizar hay que hablar de los otros protagonistas, que también tienen su parte alícuota del problema: los toreros.
Al “AS” levantino le diría que si su intención es la de no venir a dar la cara a la plaza más exigente del mundo, está en su derecho. Hace muchos años que el venir a Madrid le cuesta un “trabajito” de muy señor mío. Se le ha notado siempre su indisposición, no ha entrado del todo en esta afición tan cabal y seria. ¿Cuántos triunfos rotundos recordamos de este torero? ¿El del toro de Valdefresno? Y pocos más. No le ha cuajado nunca la competencia al valenciano y, ahora, en cuestión del arrime la hay. La verdad es que no me desdigo, si quiere no estar con nosotros, que se quede donde desee. Si sólo fuera esta la única ausencia, pues bueno...
José Tomás es un torero enorme pero voluble y caprichoso. Este año no tocaba Madrid, el esfuerzo del pasado año en nuestra plaza terminó por consolidarle como figura estelar y pura. Yo creo que esta feria no entraba en sus planes y por eso pidió un dinero irracional (al decir del empresario, con lo poco dados que son los empresarios a hablar del dinero de nadie). El problema de la Empresa madrileña es querer rentabilizar al de Galapagar dando como referencia el festejo donde él actúa; no señor, el coste de este matador hay que trasladarlo al resto del abono y, con esta simpleza, resultaría menos gravoso. Además, animaría y pondría en valor el ciclo isidril, o del aniversario (o ambos).
El “mediático” de Ronda quiere exigir antes de dar. Es una pena que este torero se pierda en disquisiciones de “si la abuela fuma o esnifa”. Creo que puede y debe dar una dimensión extraordinaria y, sobre todo, especial. Se está difuminando antes de consolidarse y dando una impresión de fragilidad poco recomendable. Que se deje de pensar en “los medios rosas” y empiece a dar la cara en plazas serias. Alguna vez tendrá que ser, digo yo.
De Aparicio no hablo porque siendo un torero excelente, y único en su estilo, en estos momentos su ausencia no traumatizaría a la mayoría de la afición.
Del caballero-caballista no me pronuncio por desconocimiento de sus seguras virtudes. Reconozco que si ya una tarde de rejones es mucho para mi, tres tardes de las cuatro que contempla el serial, con un mismo protagonista es “demasié pal body”. Por equiparación es como si el mejor y más variado de los matadores quisiera torear 25 de las 30 tardes. De cualquier forma el empresario (empleaeuros) debería haberse entendido con este rejoneador, para eso sirve un idioma tan rico y variado en sus conceptos como el nuestro. La cerrazón va a impedir que los aficionados al arte de Marialva se pierdan a este buen jinete. Hemos de reconocer que, en estos momentos, los festejos con caballeros en plaza tienen un tirón importante. Y hay que pagarles, coño.
Parece que las exigencias se han vuelto veleidades, caprichos muy poco varoniles. ¡Mi torero no abre plaza ¡El niño no está para Madrid! ¡Si no nos anuncian con la de..., no venimos! ¡Si el niño no cobra lo que..., no nos anunciamos! ¡Si la TV no se entiende con nosotros (para “llevarnos” la parte del león)... no toreamos. Antes los “Niños de...” era el apodo de auténticos hombres y, sobre todo, responsables de su actuación dentro y fuera de los anillos. Ahora los toreros son muy jóvenes para comportarse como adultos.
Claro que la Empresa tampoco parece ser mayor de edad en cuanto a su capacidad de convencimiento para contratar los toreros que más interesan, o es su bolsillo es que no ha llegado a la madurez. No creo ni a unos ni a otros.
Por primera vez en mi vida de aficionado siento que esta plaza se derrumba, agoniza, se acaba, si, ahora de verdad lo pienso así. Unos –la Empresa- quieren “llevárselo” de una forma demasiado descarada y otros –algunos toreros- no están por la labor de satisfacer a una afición que les aupó y eso, también debería tener su recompensa. Que ingratos.

¡NO SE MERECEN ESTA AFICIÓN!


Madrid abril de 2009